lunes, 21 de febrero de 2011

Tienen los mares la suerte

Tienen los mares la suerte de olvidar horizontes,
de apurar de un trago tristezas y que por la costa desborden.
De bañar de dulce espejismo los suelos del mundo,
de ocultar el cuerpo sin prenda, súbitamente desnudo.


Tienen los mares la suerte de escribir mil batallas,
de aguardar la borrosa espera de un barco en la distancia,
Que llena de fieles amantes la triste ribera.
De acoger a Alfonsina y Alberti, al inmigrante que sueña.


Agua de libertad, tierra de pescadores,
pintan la costa con suaves crayones.
Olas que morirán contra las rocas,
dulces sirenas murmuran remotas.


Tienen los mares la suerte de viajar sin destino,
por la inmensidad perdida de un verso embravecido.
De curar las heridas que deja aquel tiempo sin fondo,
de cantar a un "Mediterráneo" de atardeceres rojos.


Tienen los mares la suerte de alimentar la mañana,
De observar a las gaviotas emigrar en grandes bandadas.
Naufragan miles de botellas sin destinatario,
redes que recogen historias, que coronan fracasos... O puede que abrazos.


Agua de libertad, tierra de pescadores,
pintan la costa con suaves crayones.
Olas que morirán contra las rocas,
dulces sirenas murmuran remotas.

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