miércoles, 2 de junio de 2010

Sextilla del caminante

Suenan sobre las horas,
pisadas que se apoyan
en lo ancho del camino.
Es aquel de tirso en mano,
que todos los veranos
anuncia su destino.


Albures de la vida
lo eligieron un día,
viajero del paraje,
oyente en cada piar,
herido por no encontrar
otro que le acompañe.


Ahí va el caminante
resplandeciente al alba
de sueños que le asaltan
en noches elegante.


Que poca cuenta se da
de lo andado, de su hogar.
Carece de equipaje
y mucho ha recorrido
la suela es el camino,
la vista es el paisaje


Su patria es el sendero
libre como un jilguero
admira el verde prado,
y vuelve la cabeza
tallando con destreza
su figura en el lago.


Ahí va el caminante
Resplandeciente al alba
De sueños que le asaltan
En noches elegante.


Alberga cada rincón
entre polvo y estación,
suave sigue su marcha
navegando en los cauces,
morando aquellos sauces
guiado por la escarcha.


Hoy ve un mundo cambiado
alarido y dañado,
pero aun sigue buscando
aquellos pasos viejos
cansados quedan lejos
de un perpetuo descanso.

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