sábado, 1 de agosto de 2009

Cartas desde la celda

Ella es pluriempleada, colecciona sombreros,
han pasado ya dos años, y aun le echa de menos,
reúne sueños costeados por fondos privados.
El vive en la trena sumido en el abismo,
el tiempo lo ha atropellado pero sigue siendo el mismo,
escribe cartas a su amada, y las echa a volar.


Desde aquí te escribo, en estas cuatro paredes,
Entre rejas, ruidos y grilletes voy contando los meses.
Día a día me pregunto ¿en qué te has convertido? ¿quién eres?
sombras extrañas, ceniza gotean por mi frente.


Llora, piensa y recuerda, mientras las lee,
fantasmas pueblan su cabeza pero todavía cree,
el tiempo pasa y olvida despedaza promesas.
Ya ves, ha reahecho su vida con un joven abogado,
en la celda se ha dejado aquel amor aparcado,
su alma se llena de ecos y ruidos punzantes.


He encontrado en la tinta la vía que roza tu cara,
aún me queda esperar noche y día, tu cuerpo cada mañana,
Pero que puede hacer uno sólo cuando se halla encerrado en prisión,
como no sea escribir largas cartas recodado sobre el colchón.


Espero que aun tengas guardado el eco de aquellos días,
si ya no anido en tu mente, completaré mi elegía.
Me pararé a dormir reconstruyendo recuerdos y caminos
y que un leve batir de las olas calcine nuestro destino.
Ella aun lo recuerda.

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