jueves, 11 de febrero de 2010

De cuando en vez

Como cada amanecer,
y a eso de las tres, florece, ensucia mi camisa de maquillaje,
desanuda mi corbata, busca un refugio en que postrarse.
No está publicado en la prensa ni en mi vida cotidiana,
tan solo llega a su fin cuando me levanto de la cama.
Todo se resume a cenizas y a transparentes miradas,
recorro la calle, de casa al trabajo como un ruedo de falda,
y es que son tantos los que te hacen sentir una princesa,
que mejor pase a recogerte en otra vida que no sea esta.


De cuando en vez me pregunto, ¿qué harás en este momento?,
adonde irás en tus tardes de asueto.
De cuando en vez, respiro el humo envuelto en ti,
de aquellos pétalos de agua que alcanzaron a su fin.


Barrería todas estas oscuras mareas en las que me sumergo,
derramando parte de mi vida en cada halago, en cada beso.
Mientras tanto seguirán creciendo telarañas en nuestras fotos,
sed en nuestras manos, el aura entre tus poros.
Todo es débil, se mezclan mis sueños con los tuyos,
ya no basta con sacarte sonrisas, ni buscar un lugar oscuro
en que amar.
y es que solo tienes de real el cielo de tu cintura,
mejor me pase mañana, hoy ya es tarde.


De cuando en vez, regreso a la letra donde comencé,
escupiendo tinta, como cada amanecer.
De cuando en vez, todo son huecos en el calendario,
ya me olvidé de tí, pero solo de vez en cuando.

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